El camino del Amor

Cómo evolucionan las relaciones de pareja.

Todo proceso de formación toma tiempo, esfuerzo y dedicación, al igual que el amor. El Amor es un camino a recorrer, no un destino donde quedarse, requiere de tiempo y conocimiento, pues nadie puede amar a quien no conoce y tampoco puede conocer a nadie con quien no pase tiempo.

Todo inicia con la Atracción, pudiendo ser de tipo sexual o afectivo. Se despierta el interés, se admiran, se valoran, se aprecian similitudes, crecen expectativas mientras se van conociendo. Si hay correspondencia, se producen comportamientos positivos entre ambos. Aparece la nostalgia, intentando recordar situaciones o momentos especiales vividos con la persona que le atrae.

Si la atracción fluye entonces crece la Interacción entre ambos, se buscan con mayor frecuencia, o buscan aquellos encuentros «casuales». Si hay reciprocidad en la atracción, se acompañan, se gustan, disfrutan de la compañía del uno y del otro. Comparten actividades en común, aparece la complicidad, el apoyo mutuo, la comunicación constante. Pasan más tiempo de compañerismo y amistad. Aquí la expectativa crece.

Con la atracción y la interacción creciendo, se transforma en Conexión, principalmente del tipo emocional. Es el momento en el que se comparten sentimientos más profundos, existe el intercambio de afecto y sentimientos positivos, cada vez más íntimos y personales, que se vuelven a la vez, más reforzantes. Aunque en este tiempo crece la amistad y la intimidad emocional, también es el tiempo en que suele aparecer la confusión emocional: ¿es Amor o sólo Amistad?

Si hay amor recíproco, entonces inicia la etapa del Enamoramiento, donde la pareja se desea más y buscan compartir más tiempos juntos y en mayor contacto físico, empieza el amor pasional. Se sobrevalora lo atractivo y se minimiza las diferencias, o no se les presta la atención adecuada. Aquí el despertar del deseo y la aceptación mutua, los lleva a sus primeros contactos físicos, desde un beso tierno hasta caricias cada vez más íntimas. De acuerdo a sus experiencias afectivas, la relación se puede volver mucho más física o erótica, o crecer en madurez emocional. Un apego inseguro en la infancia, suele derivar en dependencia emocional, lo que afecta la relación y la quiebra.

El enamoramiento suele durar alrededor de seis a ocho meses, y en algunas ocasiones hasta un año, principalmente por una serie de cambios orgánicos que la neurobiología ha dado nombre y en ocasiones ha descubierto. Hormonas como la dopamina o la oxitocina, influyen sobre los procesos biológicos del enamoramiento. Sin embargo, pasada toda la euforia, aparece un momento muy poco comprendido por las parejas, que también es parte del amor: la desilusión.

La desilusión es el momento donde se choca con la realidad, cuando el fuego se va apagando. Se ponen en evidencia cosas que agradan y otras que no. Se piensa en el futuro, se evalúa la intención de continuar o irse. Si encuentran posibilidades para crecer, el amor madura. Si no se trata a tiempo, se puede convertir en Decepción.

Si se superan las desilusiones entonces el amor crece y madura, convirtiéndose en un Amor Comprometido. Es el tiempo en el que es más sencillo llegar a acuerdos, se unen y buscan permanecer juntos. En la medida que haya una genuina aceptación y adaptación mutua: crecen y se desarrollan como personas y como pareja. En este tiempo, la amistad, el apoyo, el respeto, la comprensión, la atención y el cariño, se hace más evidente, fuerte y correspondido.