Inteligencia Emocional en la adolescencia

¿Cómo desarrollar inteligencia emocional en los púberes y adolescentes?

Desde niños el sistema impulsa y orienta el rumbo de nuestra educación, y a través del famoso Cociente Intelectual (IQ) va pronosticando el nivel de éxito en la vida. La carrera está diseñada para capacitar, desarrollar y formar diversas competencias profesionales, después de 20 años aprox. inicia el rumbo para pertenecer a aquel gran grupo de abogados, médicos, psicólogos, ingenieros, artistas, deportistas, técnicos, entre otros. Todos preparados para desenvolverse y afrontar los retos que depara su respectiva vocación.

El camino hacia el “éxito” parece transitarse ligero en la medida que este siga su curso predeterminado, pero ¿qué sucede cuando eventualidades o infortunios aparecen en medio del camino de aquel niño o adolescente en formación, generando un desequilibrio en sus emociones? Separación de los padres, acoso escolar, descubrimiento de identidad, relaciones amorosas, entre otras problemáticas que a muchos les toca atravesar.

El psicólogo Daniel Goleman (1995), quien desarrollara y propusiera el concepto de “Inteligencia Emocional” en un lenguaje más fácil de digerir, menciona: “La tensión emocional prolongada puede obstaculizar las facultades intelectuales del niño y dificultar así su capacidad de aprendizaje”, a través de este concepto establece cinco componentes básicos a trabajar para desarrollar Inteligencia Emocional.

Componentes de la Inteligencia Emocional:

  • Autoconocimiento Emocional

Hace referencia la capacidad de identificar las propias emociones y sentimientos, así como la influencia que estas tienen frente al comportamiento, reconociendo las fortalezas como puntos débiles de uno mismo.

  • Autorregulación Emocional

Este componente hace alusión a la habilidad de reflexionar y dominar los impulsos emociones frente a diversas situaciones, con el objetivo de alcanzar una adaptación social saludable.

  • Automotivación

Hace alusión a la capacidad para enfocar la atención hacia metas y objetivos, de tal manera que desarrolla la resiliencia frente a los obstáculos imprevistos.

  • Empatía

La habilidad para identificar y comprender los estados emocionales de otras personas, con el objetivo de generar vínculos saludables y duraderos.

  • Habilidades Sociales

Este último componente refiere a la habilidad para relacionarse con los demás; es decir, manifiesta la capacidad para comunicarse de manera asertiva frente a personas que no resultan muy cercanas o simpáticas en el trato.

Es así como la niñez y adolescencia se vuelven etapas claves en donde se logra asimilar y desarrollar hábitos emocionales fundamentales que servirán de soporte durante a lo largo de la vida.

Este artículo fue escrito por:

ALEJANDRA SIFUENTES SEGURA
– Psicóloga clínica con experiencia en adolescencia.
– Actualmente en formación en Terapia Humanista
– Con especializaciones en Salud Mental y Psicología de la Mujer (UNMSM) y Primeros Auxilios Psicológicos por la Universidad Autónoma de Barcelona.
– Miembro del equipo de Tiempo de Amar.