Desde hace algunos años, los hogares han ido modificándose en su estructura y también en sus funciones o responsabilidades. En el siglo pasado era común que las madres de familia se hicieran cargo plenamente de los hijos mientras los padres salían al trabajo. Con el tiempo las madres de familia comenzaron también cada vez más a involucrarse en el mundo laboral, dejando la responsabilidad de crianza a los abuelos, nanas o algún pariente adulto (o en ocasiones adolescente) para hacerse cargo de los hijos.
Estas condiciones laborales de los padres, sumados al impacto y crecimiento de la tecnología por un lado, más la poca experiencia en el uso tecnológico de los parientes o nanas dedicados a los hijos por otro lado, ha hecho que los mismos vivan una vida bastante alejada de los límites, lo que ha generado hogares altamente disfuncionales.
Algunos padres de familia, en su afán de no perder los límites con sus hijos, se han vuelto súmamente exigentes y controladores con los hijos, llevándolos incluso a ser agresivos con ellos, lo que ha repercutido en los niños o adolescentes haciéndoles crecer con una actitud desafiante y rebelde frente a ellos. Por otro lado, algunas madres de familia, con el afán de no perder la confianza de sus hijos o hijas, han sido más bien permisivas en su trato, enfatizando el afecto o la comprensión, pero que ha desbordado en una sobreprotección o en hacer que sus hijos se vuelvan cada vez más manipuladores o caprichosos.
En esta conferencia se enfatiza la labor equilibrada que deben tener los padres, buscando que su exigencia sea complementada con la calidez, que su control vaya acompañado de su afecto y que los límites, los lleven a limitar conductas, no personas. Acompáñenos a ver el video completo para entender el desafío que significa manejar los límites con nuestros hijos e hijas.